Cuando nació, la comadrona dijo: “Han tenido ustedes un camaleón”. Tras el disgusto lógico de dar a luz un reptil se empezaron a confirmar los peores presagios. La criatura imitaba, cantaba, bailaba y actuaba con cierto desparpajo ( que no bien ) así que el destino hizo que se dedicara a la interpretación.
Y en ello sigue. Son muchos los grandes teatros y auditorios en los que no ha trabajado, aunque ha conseguido colarse en algunos de ellos por la puerta de atrás logrando pisar el escenario y autodedicándose un aplauso.